Esta gatita fue abandonada con su hermanita y desde el Santuario vimos como ambas fueron atropellas.
Cuando fuimos había sangre por todas partes y un cuerpito. El otro nunca lo encontramos.
Y pasó el tiempo, y olvidamos ese disgusto.
Y un día apareció en el parque de las aves una bolita negra, de grandes y tímidos ojos verdes.
Se ocultaba debajo de unos palets y apenas salía ni para comer.
Era Tacho.
La pobre gatita estaba sola, aterrorizada y cojita.
Intentamos ganarnos su confianza pero la gatita era muy tímida. Estuvo casi un mes debajo de los tablones y comprendimos que así no podía continuar. Ya empezaba el frío y las lluvias y la pobre es sólo un bebé.
Al final una compañera nos trajo una jaula-trampa y con algo de comida, la pobre gatita calló a la primera.
La hemos tenido en la zona de cuarentena junto a minúsculas gallinitas que la hacían compañía.
Parece su destino, compartir espacio con aves, como cuando estaba solita debajo de los palets.
La gatita Tacho es tan buena que a nadie bufa, solo quiere estar, en un rincón, tranquilita jugar y comer, y tímidamente dar rienda suelta a sus ganas de jugar y aprender.
Hoy una voluntaria que es muy amorosa y tiene un don especial para sociabilizar, la ha acogido para curar su alma, calmar su miedo y cambiar esa triste mirada.
Pronto estará recuperada y daremos con esa familia especial que anda buscándola sin saber que ya está, que Tacho es la hija que buscaban.
Si quieres conocerla, ayudarla, darla un hogar y que sienta ella también podrá tener una mamá.
Si quieres darla ese apoyo, cuidarla toda su vida y que ella te llene de alegría:
[email protected] Marta: 692 165 303 / Elena: 635 120 868
Si te solidarizas con su dolor, si quieres ayudarla y ayudarnos a rescatar a más animalitos como Tacho,
puedes amadrinarla o hacerte [email protected] de EHL.
[email protected] – 626063469